sábado, 20 de noviembre de 2010

El héroe de hoy


A los héroes reales ni les salen rayos por los ojos, ni tienen superpoderes. Los héroes ordinarios son gente corriente, como tú o como yo. Lo único que les distingue es su coraje, compasión, dignidad e integridad.

Cuando se ven confrontados por una situación injusta, abusiva o crudamente criminal; entonces son activos y creen verdaderamente en su propio sentido de lo que está bien y es correcto. Lo creen hasta el punto de sacrificarlo todo, de arriesgar la vida si hace falta, o su posición, su carrera, o la aceptación de los demás. No son egocéntricos, son socio-céntricos.

El sendero del héroe está plagado de innumerables pruebas, las más duras: superar sus temores y miedos cuando se enfrentan con la masa. Porque ésta se mueve por miedo, inercia y obediencia ciega. Y es, que la autoridad no es necesariamente sinónimo de sabiduría. No lo olvidemos.

Sin embargo el del héroe no es un mero acto de rebeldía, su reacción al ayudar a alguien va unida a un profundo sentido de la responsabilidad. No busca el interés: que lo compensen ensalcen o hablen de él. Para estas personas su acción no es más que el resultado de lo que es lógico y normal. Es sencillamente lo que todos deberían hacer.

Al final del camino la ganancia del héroe es haber recuperado su alma, haberse convertido en un auténtico individuo.

Recuerda que tú también llevas un héroe dentro. Esperando salir si alguna vez es necesario.

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