jueves, 22 de septiembre de 2011

Trazos de nuestra vida



Una vida, cualquier vida, se resume en una serie de acontecimientos especiales, de puntos y aparte. Puntos que, por más tiempo que pase, permanecen intactos en la memoria, aguantan hasta el mismo día que nos alcanza la muerte.


Si deseamos que aparezcan, basta en pararse a pensar lo que uno a hecho durante su vida (o en lo que no ha hecho) y la sucesión de esas imágenes, difusas en la mente, son el 'unir los puntos' de nuestra existencia.


No suelen ser hechos trascendentes, sino simples momentos tan insignificantes para cualquier otra persona como especiales para uno mismo: el primero "te quiero", la muerte de un ser querido, la frontera que traza el primer "usted", el temblor de pierna incontrolable tras un accidente, las noches pasadas en un hospital prometiendo cosas a un dios que después olvidas, el primer beso en los labios o el primer beso en la boca (nunca es lo mismo), la peor discusión con tu mejor amigo, ver salir el sol, la cicatriz más grande de tu cuerpo, las noches en casa de los abuelos, descubrir que una pesadilla ha sido un pesadilla o la primera vez que comprendes que siempre que alguien quiere comprar a alguien que, al final, vende.