domingo, 29 de enero de 2012

"No es mi fiesta nacional"

No te odio, sólo desprecio tus actos y abomino de tu incapacidad para conmoverte por el sufrimiento que generas. Y me aterra más esa carencia porque sé que lo reconoces y sin embargo no te importa. Además de lucrarte con él padecimiento de un ser vivo me atrevo a afirmar que lo disfrutas, verduguillo vestido en oro y sangre. Por eso provocas en mí tan profunda repugnancia. Pero por encima de esa aversión a tu conducta violenta, sádica y pancista, está la ternura que me inspiran tus víctimas. Así que cada vez que alces tus manos homicidas para saludar con el cadáver de un toro a tus pies, allí me verás. Nos verás a todos. Y algún día, más pronto que tarde, nosotros seguiremos y tú ya no estarás en el centro de ese cadalso siniestro donde el crimen lo venden como heroicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario