martes, 15 de febrero de 2011

Según la filosofía optimismo y pesimismo se contraponen.

Como estudiante de psicología, me encuentro frecuentemente con situaciones, donde amigos plantean situaciones vitales, que les requiere una respuesta.

Esa determinación, decisión o respuesta puede ser tomada desde el pesimismo o desde el optimismo.

Ante una situación difícil, molesta o fea, nos podemos pregutar:

¿qué es lo bueno de lo malo?

¿qué aprendizaje sacas de esta situación?

¿cómo saliste en otras ocasiones de situaciones similares?

Si el dolor, la molestia, el desánimo y la desesperanza te embargan, date tiempo… descansa, duerme, pasea, haz ejercicio, come bien, no bebas alcohol… Tiempo al tiempo…

Todo es para bien…

Cuando estés preparado o preparada decídete a salir de tu abatimiento, pide ayuda si la necesitas, y plantéate una META.

Desde la filosofía:

El término optimismo surge del latín “optimum”: “lo mejor“. El término fue usado por primera vez para referirse a la doctrina sostenida por el filósofo alemán Gottfried Wilhelm Leibniz en su obra Ensayos de Teodicea sobre la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal (Amsterdam, 1710), según la cual el mundo en el que vivimos es el mejor de los mundos posibles.

Pesimismo (del latín pessimum, ”lo peor“), doctrina filosófica que sostiene (invirtiendo la tesis leibniziana) que vivimos en el peor de los mundos posibles.

La fundamentación más o menos sistemática del pesimismo tiene lugar con los filósofos del irracionalismo del siglo XIX, tales como Schopenhauer, Mainländer, Eduard von Hartmann y Søren Kierkegaard. Y ya en el siglo XX, se enrolan también en esta corriente de pensamiento Martin Heidegger, Jean-Paul Sartre y Émile Michel Cioran.


Ahora:
¿Vives de la mejor manera tu vida posible?

Os dejo una canción, que habla de mirar lo bueno de lo malo.


Lo feo

(Teresita Fernández)

En una palangana vieja
sembré violetas para ti
y estando cerca del río
en un caracol vacío
cogí un lucero para ti.

En una botella rota
guardé un cocuyo para ti
y en una cerca sin brillo
se enredaba el coralillo
floreciendo para ti.

Basurero, basurero
que nadie quiere mirar
pero si sale la luna
tus latas van a brillar.

Alita de cucaracha
llevada hasta el hormiguero
así quiero que en mi muerte
me lleven al cementerio.

A las cosas que son feas
ponles un poco de amor
y verás que la tristeza
va cambiando de color.

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